Donde manda funcionario…

Hará más de un año que, por insistencia de un colega de generación, envié al Fondo de Cultura Económica una propuesta para formar parte de su linea de narrativa gráfica. La respuesta fue un elocuente silencio, que es una forma minimalista de decir: gracias por participar, nos vemos en la siguiente revolución cultural.

A saber por qué, no tengo buena suerte con los administradores de la cultura oficial. Si ahora me encuentro en los márgenes del ecosistema editorial es por por una (necia) postura personal pero también porque el oficialismo cultural me ha empujado hacia la orilla con la escoba. La progresía clasemediera a cargo del aparato cultural parece repeler todo aquello que no le es afín o que no consiente formar parte de la coreografía del ballet folclórico en el show de su agenda cultural.

Pero vuelvo al punto. Para realizar aquella propuesta que batearon elegantemente tuve que hacer una laboriosa edición de cartones clásicos de Buba para que pudieran ser publicados en formato horizontal o apaisado en lugar de su original formato vertical. Durante esta adaptación me di cuenta de las posibilidades narrativas que ofrece contar una historia a doble página: Un formato que —por cierto— aún no he explorado debidamente.

Para serles franco, la maqueta me gustó y me pareció una verdadera lástima que mi trabajo no fuera considerado digno de formar parte de un catálogo de la envergadura del Fondo de Cultura, —pero como dicen por ahí— donde manda funcionario no gobierna comiquero. 

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Reciclando sueños rotos

Empero mas sin en cambio y sea de ello lo que fuere, hace unos días vino a mi mente el recuerdo de aquella desairada propuesta y, considerando que mi plan de trabajo para los próximos meses consta de la publicación de tres nuevos títulos, reflexioné lo que a continuación leerán. 

Tengo claro que el primero en la lista de candidatos editoriales es una reedición de Flor de Adrenalina en la que trabajo actualmente y ya se encuentra en la fase de diseño gráfico. Tengo claro que el segundo título de la triada es un libro inédito de ilustropoesía que promete mucho (habrá que ver si cumple lo que promete) y del que hablaré en su momento, pero que se encuentra ya a un 50% de su desarrollo.

Por último (y con esto cierro el largo contexto que elaboré en los párrafos anteriores) tengo claro que no voy a dejar dormir el sueño de los justos a aquél simulacro que propuse al FCE. Antes bien voy a retomarlo como tercer proyecto editorial en puerta y a darme yo mismo lo que creo que merezco.

De aquella maqueta respetaré algunos de sus aspectos distintivos como el formato económico (media carta horizontal en blanco y negro), su espíritu más narrativo que poético y el regreso de Buba como personaje central buscando compensar su ausencia absoluta en el libro de ilustropoesía antes mencionado. 

Creo que esta es una buena oportunidad para volver al sur, al reencuentro con mi personaje emblemático y a la aparente sencillez del negro sobre el blanco. Todo lo demás lo podré ir replanteando sobre la marcha y ya el propio libro me dirá por dónde debemos transitar. Es por la vía del diálogo como se entiende uno con los libros.

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El refinado gusto 

Tanto los avances de este proyecto editorial como las páginas de historieta mismas los daré a conocer en este sitio y en mis redes sociales, además de que he abierto ya una cuenta en Patreon para quien guste apoyar y acompañar el desarrollo del nuevo libro. Como resulta evidente a estas alturas del partido, no cuento con nada más que mi fuerza de trabajo y el apoyo de lectores y lectoras que consideren digno de valor lo que surge de mi mente y de mi entraña creativa. A su refinado gusto me encomiendo.

Faltan muchas cosas por definir y falta todo por hacer, pero me siento entusiasmado y contento por este reencuentro con la Buba, el único personaje que baila cumbias y danzones con música de The Cure.

Quiero terminar repitiendo lo que alguna vez dijo Borges y que resulta cada vez más claro y contundente con el paso del tiempo:

“Deje que otros se enorgullezcan de cuántas páginas han escrito; Prefiero jactarme de los mezcales que he bebido.”   

Borges