Bitácora de viaje 3
La tercer entrega de la serie de bitácoras puede entenderse como un chiste estúpido y sin gracia (todo el mar se mete en el barco de Buba y el exterior queda desertificado) o bien como una cuidadosa y exquisitamente compleja metáfora del naufragio interior.
La ambigüedad es responsabilidad del autor, la correcta interpretación es responsabilidad de usted.
Posdata 1 – Dije que iba a publicar una tira cada martes y he cumplido cabalmente mi palabra, con excepción de las veces que no he podido cumplirla por hueva, depresión o exceso de trabajo.
Posdata 2 – La última linea del texto en el cartón debería decir “un chicle masticado” en lugar de “un chicle mascado”, pero es que todavía resuena en mi memoria un recitado que estaba muy de moda entre los estudiantes de primaria en los años setenta y funcionaba de la siguiente manera: el victimario hacía una pregunta sencilla a la víctima, y una vez que ésta respondía correctamente, el bromista le gritaba -simulando una voz de conductor de programa de concursos- ¡Muy bien contestado! ¡Te has ganado un chicle mascado, unos calzones agujerados y un viaje al fondo del excusado!.
En mis tiempos también había bulling, pero era un bulling poético.