HISTORIETAS PRODIGIOSAS

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En agosto de 2015 sentí la necesidad de crear un sitio web que albergara los especímenes historietísticos que mi entraña creativa me urgía hacer nacer. Compré el dominio, contraté el hosting y, a finales de la misma semana que presenció esa iniciativa, una inmisericorde crisis de salud -violenta y quirúrgicamente sabia- me obligó a postergarla hasta mediados del primer mes de 2016.
Abril de 2016: una nueva crisis, esta vez emocional, me llevó a interrumpir el secreto proyecto editorial y a replantear mi proyecto de vida después de doce tiras publicadas y 45 años vividos. Lo que ha pasado en estos meses no lo voy a narrar con palabras sino -en todo caso y dado el caso- con historietas. Lo que ha pasado por mi espíritu en estos meses es una sal que me pertenece sólo a mi. Oficialmente no he existido durante la primera mitad de este año, así que si te vienen a contar cositas malas de mí, manda a todos a volar y diles que no existí.

Decía mi eurocentrista maestro Krahe (el espíritu de Grosfogel merodea en este post) que él sólo habla de su vida personal en sus canciones; y justamente eso es lo que me dispongo a hacer. Es decir, no me interesa hablar de las intimidades emocionales de Krahe en sus canciones, sino de las mías propias en mis historietas. Que mi lenguaje matriz articule mi motricidad deslenguada. Que mi corazón dialogue en un dialecto lejano de la mierda viral y cercano a la intimidad emocional.
Hoy, quince de julio de dosmildieciséis, recién comienza el año. Mi país no está hecho mierda. Mi corazón no se revuelve por dolores parturientos y la herida diagonal en mi vientre es un horizonte tierno que anuncia un feliz nuevo ciclo. El Mono de Fuego sólo trae buenas nuevas para este vegetariano porcino con ínfulas de marrano vegano (¿de qué mierda estoy hablando?… ¡demonios del barroco tardío, abandonen este cuerpo minimalista!).

Regreso al punto que nos truje: He aquí que vuelvo sobre mis pasos y sobre la marcha decido redibujar y colorear las primeras tiras en blanco y negro. Decido rediseñar este sitio web y decido (¿porqué no?) rediseñar mi propia existencia. Mi corazón (esa bomba de tiempo) se prepara para este segundo o tercer round.

Con toda la güeva del mundo -y mirando siempre hacia el abismo- me encamino al centro del ring, escupo el protector bucal y dedico el siguiente asalto a sus buenas mercedes…

JQ

AUTHOR: José Quintero

Pintor de bisontes en la caverna de Platón.

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